A quien no me conozca
No me importa si dicen que parezco vacío,
pues la gente vacía nunca me ha de llenar;
tampoco las esponjas secarán nunca el mar
ni el calor de mis besos te quitó nunca el frio.
No sabrás mis caricias, ni de aquél beso mío
que nació sentenciado a no poder besar
esos labios que intuyo de sustancia de mar,
húmedos y salados como lluvia de estío,
o tus ojos abiertos, que quisiera cerrar
con un "te quiero" a oscuras, en el ecosistema
de tu cuerpo y el mío comenzando a sudar,
y llevándote al clímax de ese frío que quema
decir sin voz, a solas, lo que me he de callar,
que llenará otra página con un triste poema.
No me importa si dicen que parezco vacío,
pues la gente vacía nunca me ha de llenar;
tampoco las esponjas secarán nunca el mar
ni el calor de mis besos te quitó nunca el frio.
No sabrás mis caricias, ni de aquél beso mío
que nació sentenciado a no poder besar
esos labios que intuyo de sustancia de mar,
húmedos y salados como lluvia de estío,
o tus ojos abiertos, que quisiera cerrar
con un "te quiero" a oscuras, en el ecosistema
de tu cuerpo y el mío comenzando a sudar,
y llevándote al clímax de ese frío que quema
decir sin voz, a solas, lo que me he de callar,
que llenará otra página con un triste poema.
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