ELEGÍA PARA DAVID CARRADINE,
EN PLAN DE COÑA MARINERA, OPUS 69
(como se suele decir, más vale tarde que nunca...)
el fiel acompañante de aventuras de un niño;
no volverá su imagen de calma y desaliño:
guardemos un silencio por David Carradine.
Pequeño saltamontes, vuelve con tu maestro,
que ciego, bajo y calvo, era mucho más diestro;
se murió en el silencio, humilde y solitario,
en cambio tú, ¡a lo grande! ... metido en un armario.
hasta el gorro de drogas, de vicio y de cerveza!
¡Un shaolín vaquero, casi otro supermán,
muerto al repasar ciertas enseñanzas de Onán!
tú, como un detective, te fuiste "atando cabos";
¡hasta el fin, glamuroso, nos dejaste algo nuevo,
cuando te sujetaste por el cuello y los hu...!!!
Y ahora tu familia, Kwai Chang Caine, asustada,
dice que de suicidio "nanai, nada de nada",
que guardando el secreto del Kung fu, sus devotos
te mataron colgándote del cuello y del escroto...
Sigue, chino de pega, tu camino sin huella,,
que sin mérito alguno llegaste a las estrellas;
del éxito, por chorra, has probado las mieles,
Kung fu a cámara lenta, flauta, gorro y pinreles.
formas el mejor trio que ha "pisado la tierra";
Por eso ahora pido, por tantos buenos ratos...
¡que te entierren al menos, estrenando zapatos!
te vieron con peluca, y encaje carmesí;
las fotos del forense te sacaron "bonita"...
¡nada de saltamontes! ¡Dí mejor... MARIQUITA!
2 comentarios:
Este poema hubiera merecido mejor suerte, como haberlo publicado en El Jueves o en otra revista humorística. Desde luego, ha de pasar a los anales de la poesía satítico-jocosa (y conste que lo de "anales" no va con segundas).
Qué envidia sana me da ver cómo sacas petróleo poético de cualquier acontecimiento.
Un abrazo, amigo.
Sí, sí genial... pero me sigues debiendo uno (ya me entiendes guapito, jejjej)
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