Sólo soy un poeta con zapatos
que estrenar cada mañana ante tu puerta,
hacer festivos los días de semana
y buscar tu sonrisa en el camino;
Zapatos de metáforas ardientes,
de versos que rescatan tu semblante,
de suelas que horadaron pesadillas
de un mundo que adolece de tu ausencia.
Y me siento aquel niño despistado
por el fugaz destello de un cometa
que abraza con su cola mis mejillas,
hundiéndome en tu olor cuando anochece.
La realidad golpea, y me despierta
sugiriendo que debo ser humilde
y hacerme un simple alumno, hasta la muerte,
de tu lección de vida, amor y Cielo.
...pues soy sólo un poeta con zapatos
(si acaso, tu aprendiz en zapatillas)
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