LA NADA
Conozco ese vacío que se abre debajo
cuando una grieta inmensa se aparece en el alma;
conozco la sonrisa de ese cráneo sin ojos
que nos coge la mano, y cambia horror por calma.
Por eso en mi poema hoy no ha de haber colores,
ni siquiera el negruzco de la más cruel mirada;
ni sonidos, ni olores, ni personas, ni cosas.
Acompañadme, amigos. Nos vamos a... La Nada.
No es un lugar fijo, cada cual tiene el suyo,
es ese punto insano que, alguna madrugada,
nos despierta asustados, indefensos, confusos,
pensando en el futuro con la frente empapada.
Si... es esa que ninguno hasta ahora ha descrito,
pero que todos saben que está agazapada,
esperando paciente que cerremos los ojos
para matar los sueños con su sola llegada.
...Ahora que no escucha, os diré en un susurro
que por fin la he vencido. Al final, derrotada,
sucumbió al acero de lo único que puede
disipar esa nube de una sola estocada.
He llenado el espacio que ni lo es, ni existe,
de la luz de unos ojos, del sonido de un nombre
que han hecho de la Nada otro diablo vencido
por el poder inmenso del Amor en el hombre.
Pero a veces insiste, aún vuelve, se presenta
de puntillas manchando mis sueños de tristeza;
y aunque ahora soy feliz, simplemente no puedo
negarme a devolverle su sitio en mi cabeza.
Así, juntas la Nada y el Todo en mi universo,
soy al fin ese lío, esa explosión de vida,
que llenará tus días de luz, de sensaciones,
y de noche batalle con su Nada dormida.
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