miércoles, 23 de julio de 2008








No tiene voz ni cuerpo pero es un alma noble,
voluble como seda, o fuerte como roble
en el que me he apoyado alguna que otra vez...
es cierto, bella dama. hoy hablaré de usted.

Nunca lo he hecho antes, pues no dábais permiso,
vergonzosa, mimosa, temiendo algun inciso
que hubiera descubierto tan dulce identidad
ante todos nosotros. Un riesgo, gran verdad.

Pero ahora lo hago, y os nombraré sin nombre,
narraré vuestro encanto, y puede que os asombre
que sin haberos visto, ya pueda yo saber
de vuestro gran encanto, como amiga y mujer.

Perdonad, me emociono. se abren las heridas
del amor y la muerte, pues aún no están vencidas,
mas tengo en vós apoyo, en mí lo tenéis vós;
termino. Hasta pronto. Muchas gracias. ¡Adios!


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