domingo, 30 de diciembre de 2007


Queridos reyes magos:



Hola soy Segis...

Sí, el niño que el año pasado casi os descubre al levantarme de noche con la misma ilusion de todos los años, aunque todos digan que sois una invención de los mayores para que los pequeños se vayan a la cama... ¡qué sabrán ellos de la magia!

Os mando esta carta, como os he mandado una carta cada año, desde hace 33 años, para pedir mis deseos para este próximo día de Reyes, que espero como siempre con impaciencia. Y como siempre, os hablaré de tú a tú, como amigos de toda la vida, pues eso sois para mi, en la distancia de vuestro mundo mágico. Y como siempre, quiero pediros que mi regalo sea poder regalar a los demás, porque todos nos merecemos un pequeño detalle que nos recuerde lo que hemos sido durante este tiempo.

Melchor... a ti te pediría que regalases a todos aquellos que han dejado pasar delante de si momentos tan tiernos como el abrazo de un abuelo, las manitas de un niño pidiendo ser aupado a las alturas para llegar a ese caramelo inalcanzable para su pequeñito tamaño, el beso que mandaba la joven que se iba pensando en el amor, mientras se quedaban aliviados al verla irse... El regalo que te pido es que por un año, puedan cambiar su percepcion de ese momento con sus protagonistas, y sientan el coletazo fuerte de la emocion que hasta ahora desconocían.

Gaspar... sí, lo sé, siempre te pido cosas muy difíciles, pero esta vez... necesito que te superes a ti mismo. Quisiera pedirte, amigo mio, que busques a cada niño que empuñe un arma, a cada niña forzada a hacerse mujer de golpe -por desgracia, a veces esta frase es así de literal-, a cada familia separada por las guerras, las desgracias naturales, la miseria moral de los poderosos... Y cuando los tengas a todos, quitales las armas, los vestidos sugestivos, las lágrimas... y les repartas los juguetes de aquellos que juegan ya con cosas mas grandes, como son las vidas de cientos de millones de personas, los recursos de la tierra, el núcleo mismo de la vida en nuestro pequeño y mezquino planeta... ya tienen su juguete. NOSOTROS somos su juguete, ¿para qué quieren mas?... Y con cada entrega, ya que eres Mago, haz aparecer en sus caras la esperanza, la visión de esa nueva vida que creyeron perdida en el mismo segundo que su infancia les fue arrebatada...

Balthasar... te he dejado para el último lugar, no porque seas el rey que mas me asustaba de pequeño -qué quieres que le haga, era un niño muy asustadizo, aun lo soy, y lo sabes- sino porque esta vez quiero darte una alegria... no quiero que repartas carbón, a no ser entre aquellas familias del mundo que pueden morir de frio estas navidades por no tener un techo en que cobijarse; sino comida, y ropa, esa comida que cada dia se tira porque a otros niños no les apetece comer tal o cual cosa una vez hecha..., o ropa, esa ropa que otros tiran cada año porque "la moda ya ha cambiado" o porque "mis amigos se reirían si me ven con la misma chaqueta del cumpleaños de piluca"...

Y por ultimo, para vosotros tres, algo muy especial... no quiero que dejeis algo, sino al contrario, que os llevéis. Que os llevéis todo aquello que nos hace peores, como la envidia, el egoismo, los celos, el querer ser mas que los demas sólo por el vacío gusto de decir "soy más que los demás"... que os llevéis también a aquellos que sienten un ansia de buscar problemas, y crearlos donde no los hay, de ser el centro de un universo lleno de falsedades y rencores... Y dejad ese sitio libre y bien dispuesto para llenarlo de las cosas que le dan valor a esta vida... un beso, un abrazo y una palabra amable hacen mas que el arma más sofisticada del mundo, en aras de una paz que los que dicen buscar están haciendo cada vez más ilocalizable e impracticable...

Mis queridos Reyes Magos, en una palabra... haced que este año,

SÍ SEA NAVIDAD.






al finalizar...


A un perro que escribe



Perro con campanilla, verso en vena,
cascabel que entre letras me acompaña;
bolígrafo adornado con canciones
de poemas de amor desconsolado:


Tu amarillo plumón es almohadilla
de una mano que llora tinta amable
desde unvivo recuerdo, amargo beso
de lágrima de azul, de verso herido.


Escribe hoy por mí, siénteme, anuncia
que la quiero, que sufro, que sonrío,
que soy feliz guardándola en mi alma
como mi ser la guarda en cada esquina.


Y si tu cielo olvida sus colores,
cópialos de sus ojos, mar sereno,
y mátame contando que la has visto
sonreirle a unos versos con mi nombre.


(14-8-05)

Agradecimientos



Agradezco a la vida su camino de espinas
porque a veces las rosas lo interrumpen suaves;
y a los cielos oscuros, salpicados de aves,
las olas que refrescan a las bestias marinas...


Las luces y las sombras que aún hacen que vibre,
en la muerte sin fin de no tenerte al lado,
en el amargo dulce de una lágrima libre
que me recuerda queda que nos hemos amado.


O en la memoria triste que se vuelve sonrisa,
el el amigo oculto que acudirá a mi ruego,
que me dará su mano y ha de borrar mi prisa;


A ti, que me besaste, me araste cual labriego,
dejando mi razón en mangas de camisa,
hielo en el alma, y en el cuerpo fuego.

Manga larga, manga corta





Pobre, pobre y triste niño negro...


No sirves para hurgar en la tierra con las manos,
no eres todavía un duro guerrillero
y ya posan desnudo tu antebrazo
en la balanza de la vida y de la muerte.

Te preguntas por qué mataron a tu padre,
por qué gritan en la choza tus hermanas
mientras no paran de salir soldados
sonrientes -¡qué extraño!- despeinados y exhaustos.

Y tú, en la camioneta, con nuevos compañeros,
emprendes un camino violento
que ya no te hará hombre,
que hará de ti una bestia sin entrañas,
una víctima más de la codicia.

Trágate las lágrimas de tus antepasados,
rotos de dolor en la sabana,
y piensa que cada tableteo de tu rifle
es un crujido de risa infernal
en las quijadas de la muerte blanca.

...y mientras, una mujer, en un escaparate,
ignora que por ella has de morir, en esta noche triste...


La puerta de atrás





No oirás el torrente de mi gris desvarío,
la risa que se alzaba en homenaje a ti,
pero me sabrás cerca de tus labios de espuma
y pensarás que mienten al decir que morí.


Rugirán mis poemas desgarrándome el alma;
levantaré pasiones, amor,... y odios, quizá,
pero a solas, a oscuras, me moriré por dentro,
no sabréis que he llorado... nadie se enterará.


Será un engaño fácil, bastará una sonrisa,
una broma, un cumplido, un saludo... y ya está,
el reguero de sangre que me dejó una herida
me mata lentamente, y nadie lo sabrá.


Porque quisiera ahora, que subo otro peldaño,
llenarme de ese aroma que ya no huele a ti
y engañarme pensando que no preciso más;


Y así, mintiendo al alma, me anotaré otro año
de amor desatendido, y he de irme de aquí
solo, triste y callado, por la puerta de atrás.