lunes, 22 de noviembre de 2010


DE LLUVIAS Y ARCO IRIS

Llueve en la calle. El tiempo está de luto,
pero no un luto triste, desgarrado;
galopan los caballos del contento,
las estrellas y risas de la noche.

Charcos de agua que mojan mis recuerdos,
aguaceros de ausencia de tus brazos,
vida que de la vida se alimenta,
ser tú sin ti, ser yo sin tu latido.

Eso es la lluvia: lágrimas del mundo.
Pero este día nada me entristece;
me beberé la pena y la haré fiesta:
¡todo está en orden, en paz... en rebeldía!

Y cuando escampe, el vuelo de las musas
hará caer poemas entre plumas,
y el sol será testigo de que siempre
ha de velar mi sombra en tus ventanas.

1 comentario:

juan ballester dijo...

Qué recuerdos me trae este poema. He tenido el privilegio de asistir a su creación, como a la de tantos otros, arropado por un café irlandés, en un local acogedor pero a veces con un ruido de fondo que sin embargo lejos de cortarte la inspiración, parece ser el mecanismo que te da cuerda.
Y del poema qué voy a decir: que rebosa ingenio y humor por los cuatro costados, como siempre.
Un abrazo, amigo.