domingo, 30 de diciembre de 2007


Agradecimientos



Agradezco a la vida su camino de espinas
porque a veces las rosas lo interrumpen suaves;
y a los cielos oscuros, salpicados de aves,
las olas que refrescan a las bestias marinas...


Las luces y las sombras que aún hacen que vibre,
en la muerte sin fin de no tenerte al lado,
en el amargo dulce de una lágrima libre
que me recuerda queda que nos hemos amado.


O en la memoria triste que se vuelve sonrisa,
el el amigo oculto que acudirá a mi ruego,
que me dará su mano y ha de borrar mi prisa;


A ti, que me besaste, me araste cual labriego,
dejando mi razón en mangas de camisa,
hielo en el alma, y en el cuerpo fuego.

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