lunes, 23 de junio de 2008





Te tengo y no eres mía


Te tuve entre mis manos temblorosas
y te dejé escapar...

Me perdí en tus pupilas luminosas
y fuiste tú mi mar...

Viví mis noches absorto en tu mirada
de incandescente azul;

abrí los ojos, al contacto del mundo,
y allí no estabas tú.

Y los cerré, jurando no entreabrirlos,
permaneciendo así,

porque al mirar, más fuerte era mi angustia:
¡no estabas junto a mí!

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