viernes, 22 de agosto de 2008








Has de creerte que mi amor aumenta
con cada día que te tengo al lado;
de tí quisiera estar siempre enamorado,
que de mi amor Cupido pierda cuenta;

Y al ver la triste mirada macilenta
de la Gran Descarnada, en maleficio,
al asomarme al oscuro precipicio
que en el Juicio Final se nos presenta,
he de hablar del Amor que me alimenta
y como un ángel ponerme a tu servicio.

Porque te quiero, amor... mi sacrificio
no será un acto final sin recompensa,
pues al ver de mi amor la llama intensa,
que desde el otro mundo, aun te acaricio,
hará que el Hado sea más propicio
y habrá de hablar mi amor en mi defensa.


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