lunes, 25 de agosto de 2008




Me ha despertado el teléfono;
vueltas y vueltas me da la cabeza,
y quiero aplastar la parábola
que el ser humano traza con pereza;
quiero ser algo que el futuro pueda mostrar.
Quiero ser flor que enamore a las aves;
quiero ser algo que empiece y no acabe;
y quiero que tú seas punto y final,
pues es muy aburrido no saber terminar:
B contra V, con H o sin H,
la C y la Z, qué me importa a mí,
si lo que siento estando contigo
no se puede definir.
La verdadera razón de este canto
es que, a mi modo, yo te quiero tanto
que algunas veces digo estupideces
y pago con creces lo dicho ante tí,
pero es que estando contigo
yo no me puedo reprimir,
y no pienso lo que digo
pues en lo que pienso es en ti.
Todo mi mundo se hizo pedazos
desde que veo que hay otro en tus brazos,
pero es igual, yo lo encuentro normal,
pues tu magia de amor es un tanto especial;
y es que el que a tí se resista
es un trozo de frío metal...
...luego me pierdo en mí mismo
y me siento fatal.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Este poema es flojito, amigo Savinien.... tú los sabes hacer muchisimo mejores.

Sé que lo escribiste con el corazón, y eso sin embargo es lo que te salva.

Un abrazo.